¿Qué exactamente hace que una ensalada sea digna de estar en la mesa de las cenas de diciembre?

Pues para mí tiene mucho que ver con la abundancia, compartir platos que hace todo el mundo, sentirse en comunidad a la hora de comer…

Muchas veces en estas fiestas si hay algún platillo que le gusta a todo el mundo se empieza a repetir todos los años y así nacen esos platos de tradición que tiene cada casa.

A veces son platos rodeados de misterio con una receta que sólo la sabe hacer una tía o una abuela, otras veces es una receta que se reparte y que todo el mundo sabe hacer y ya se vuelve como la versión familiar de ese plato.  En algunas ocasiones se trata de abominaciones que sólo comemos por compromiso, las ensaladas a veces caen en esa categoría.

Pobres ensaladas recargadas de mayonesa, ahogadas en aceite, híbridos de ensaladas de frutas que por alguna razón llevan tucos de jamón, pasas, nueces y que por lo general son demasiado dulces.

Lo que pasa es que no se sabe cómo hacer que una ensalada se sienta especial.

Al pensar en esta ensalada mi objetivo era que a pesar de ser ingredientes básicos es una combinación que no se ve con frecuencia y por ende va a ser memorable.

Que fuese balanceada, que ayudase a contrarrestar la pesadez de una pierna de cerdo o pavo con una salsa grasosa, que tuviera algún elemento dulce pero que no se abusara del mismo.

Como lo he mencionado antes no es que esté en contra de los platos dulces pero para mí mezclar manzanas con pasas y mayonesa no es una ensalada ni guarnición válida.

Una buena ensalada tiene que cumplir con dos cosas para mí:

1. Valor nutricional: usar ingredientes que juntos sepan bien y que sabemos que están aportando variedad de nutrientes y vitaminas a nuestro cuerpo.

2. Diversidad de texturas y sabores: Obviamente tiene que saber bien pero también si usamos diferentes texturas esto va a generar contrastes y una experiencia menos aburrida.

Creo que logré mi objetivo con esta receta. Es fresca pero se siente especial, sencilla pero sus diferentes ingredientes generan complejidad, el aderezo es cremoso pero sin caer en el territorio de pesado o empalagoso.

Los invito a probarla, estoy segura que para mucha gente se va a volver una tradición en sus mesas.