Sigo con mi obsesión por los snacks y hoy les traigo esta receta para tomar algo ya bueno, como lo son las galletitas saladas, y elevarlo a la mil.

Estas galletas son de esas recetas que cuando las hacemos y las probamos las volvemos a hacer una y otra y otra vez. Me gusta porque cuando ya hayamos dominado la receta las podemos hacer de la forma y con los ingredientes que queramos.

Se pueden adaptar para usar otros tipos de galletas y las combinaciones de especias que podemos usar son infinitas.

En lugar del aceite de oliva podríamos usar mantequilla o aceite de coco.

En lugar de las galletitas tipo Ritz podemos usar pita chips, galletas de soda, galletitas de queso o pretzels.

Podemos usar para la mezcla de especias cosas como queso en polvo, cebollín seco, semillas de amapola, paprika, pimienta cayena (para los que les gustan las cosas picantes) o hasta hierbas del jardín como romero, tomillo y orégano.

¿Fácil y versátil? Me encanta, va conmigo, somos inseparables.

Sí les tengo que decir un par de cosas que me pasaron a mí la primera vez que las hice para que así a ustedes les queden perfectas a la primera.

Primero, no calienten mucho el horno y estenlas vigilando porque con el exceso de aceite que les estamos poniendo toman color muy rápido y se les pueden quemar un poco sino tienen cuidado.

Segundo, aségurense de todas las galletas tengan una capa uniforme de la mezcla para que al final no les vayan a quedar unas a las cuales les vaya a hacer falta sazón.

Estas fechas de diciembre son la oportunidad perfecta para que estas linduras se luzcan en la mesa de boquitas ya que van casi con todo.

Son de ese tipo de receta que siempre impresiona a nuestros amigos a pesar de ser tan fáciles de hacer y que luego nos piden que llevemos a todo lado; se va a volver un snack recurrente creánme.