Los viernes, o bueno a veces también los sábados, me gusta en lugar de una cena decente hacer traguitos con bocadillos. Mi novio es súper bueno haciendo cócteles pero en ocasiones me gusta mantener lo que tomo más simple y una copa de vino o una cerveza bien fría satisface mis antojos.

Me encanta comer poquitos de cosas y acompañarlas con sorbitos de lo que esté tomando; sentir la combinación de todos los sabores en mi boca a lo Ratatouille me parece una experiencia muy gratificante.

En ciertas culturas hay tiempos de comida o establecimientos  que giran alrededor de este tipo de experiencia. El tapeo en España, el aperitivo en Italia y las izakaya en Japón.

El concepto de una izakaya me parece muy interesante y de hecho siempre es algo que he querido montar. Son mini bares, a veces sólo caben 5 o 4 comensales, que se dedican a servir cerveza, sake y highballs (whiskey con limón, soda y hielo).

Sirven comida para acompañar estas bebidas y los platos están pensados para que complementen los tragos. Se sirven porciones pequeñas y el objetivo, como igual pasa en el tapeo, es compartir y probar cosas diferentes.

El yakitori, el karaage y el tsukune son platos clásicos de izakaya. Todos son a base de pollo y todos son específicamente hechos con los muslos del pollo. Acá valoramos más la pechuga, pero en muchos países asiáticos se usa más los muslos ya que la carne tiene más sabor.

Yo no sé pero hay algo en la combinación de pollo con cerveza que al parecer es universal, mucho más si el pollo es frito o bien a la parilla con pedacitos medio quemados.   

Hoy vamos a hacer tsukune ya que se hace súper rápido y con ingredientes fáciles de conseguir. El tsukune son pinchos de albóndigas de pollo que vienen barnizadas con una salsa dulce y salada.

Si tienen una parilla y no les da pereza prenderla para hacerlos pues súper bien úsenla, nada más asegúrense de barnizar las albóndigas y de cuidar que no se quemen más de la cuenta.

Yo no tengo parrilla y si tuviera la verdad admito que soy muy perezosa para encender carbón sólo para esto así que los pensé para ser cocinados en el horno con la función de Broil.

Me gusta usar el Broil de esta manera ya que si lo piensan es básicamente una parilla al revés y podemos lograr color y caramelización en carnes y vegetales de esta forma.

Nada más un consejo. Si van a utilizar el modo Broil de su horno suban la bandeja lo más arriba que puedan y NO se despeguen del horno. Vigilen siempre lo que tienen ahí ya que pasa que uno se da vuelta para tomar algo y en dos segundos ya tenemos albóndigas de pollo quemadas.